hortelano». Forma parte de la epístola del Pseudo Tito, en la que se trata de la hija única de un jardinero que pidió a Pedro rogara por ella. Pedro dijo al padre que Dios le otorgaría lo que fuera más conveniente para el alma de la muchacha. Pero la joven cayó muerta al instante. El anciano padre suplicó a Pedro que la resucitara. Y así sucedió. Pero no muchos días después entró en la casa un hombre que se fingió creyente, sedujo a la joven y desapareció con ella; la pareja no volvió a aparecer
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